Jenofonte David Muriel Holgado Salamanca. Iniciado en la Doma Natural con el m�todo de la et�loga equina Lucy Rees. Se dedica a la doma de caballos Pura Raza Espa�ola. Jenofonte fue el primero que escribi� sobre la h�pica y los caballos. Naci� el 430 AC en el demo �tico de Erqu�a, a 15 km de Atenas (Grecia), hijo de Grilo y Diadora. Eran los primeros a�os de la guerra del Peloponeso, sobre esta guerra escribi� el libro "Hel�nicas". De familia muy acomodada. Practic� la equitaci�n como los j�venes ricos de la �poca. Jenofonte se consideraba amigo y disc�pulo de S�crates, pero no perteneci� a su c�rculo m�s estrecho en el que figuraba Plat�n. Pero la influencia de S�crates aparece en los escritos y obras de Jenofonte. Por su origen noble Jenofonte se situ� en pol�ticas conservadoras. Por el a�o 404 AC se estableci� en Atenas el R�gimen de los "Treinta Tiranos" con el apoyo de Esparta del que Jenofonte fue partidario, derrocado este R�gimen, se restableci� la democracia. Jenofonte decidi� abandonar Atenas. En el a�o 401 AC se uni� a la expedici�n llamada de los Diez Mil, de Ciro el Joven que pretend�a derrocar del trono de Persia a su hermano Artajerjes II, compuesto este ej�rcito por mercenarios a sueldo. Ciro no desvelo el objetivo de la expedici�n hasta que no llegaron a Persia. Mataron a Ciro y ese ej�rcito de mercenarios regres� a Grecia tomando uno de los mandos �l mismo. Jenofonte, sobre esta expedici�n escribi� el libro llamado An�basis. Despu�s participo junto a las tropas espartanas en la batalla de Coronea en contra de los atenienses, esto le ocasiono el destierro. Los espartanos premiaron a Jenofonte don�ndole una hacienda llamada Escilunte, cerca de Olimpia, donde llevo una vida tranquila con su esposa Filesia y sus dos hijos gemelos Grilo y Diodoro, dedic�ndose a la cr�a de caballos y a la escritura. Tuvo que dejar la finca cuando Esparta perdi� la batalla de Leuctra ante los tebanos. Estuvo en Corinto hasta que pudo regresar a Atenas por el 368 AC cuando Atenas y Esparta acordaron una alianza. Hasta que muri� en el 356 AC, con m�s de 70 a�os, los paso en Atenas escribiendo. Entre los g�neros de escritura que practico est�n: la historia, el ensayo, la biograf�a, etc., entre las obras que escribi� se encuentran: Hel�nicas, An�basis, Ciropedia, Hier�n, Econ�mico, etc. En su obra expresa la esperanza de superaci�n de las circunstancias adversas. Simpatizante de un ideal de una vida simple, sencilla y la autentica vida natural. Amante de las penalidades y del esfuerzo. Jenofonte y los caballos. Sus dos obras Hip�rquico (Hipparchik�s) que significa "Jefe de la caballer�a" donde trata de las funciones de esta persona; la otra obra Hippike "Sobre la Equitaci�n" donde da consejos convenientes para mejorar la caballer�a. Estableci� las bases del arte ecuestre cl�sico. Con ideas sobre la H�pica muy evolucionas. En sus escritos aparecen sus principios ecuestres sobre la doma y el adiestramiento de caballos j�venes, ejercicios de equilibrio y flexibilidad, cambios de andadura y direcci�n, c�rculos y piruetas. Ense�o a saltar a sus caballos. Se preocupo por la mente del caballo y estableci� el valor de los premios y el castigo. Jenofonte ense�aba que hay que tratar con paciencia a los caballos y no aprobaba el uso de la fuerza para lograr los objetivos. Afirmaba que el jinete que obligaba a su montura con el l�tigo, lo �nico que consegu�a era el miedo, ya que la asociaci�n que existe en esta acci�n es de dolor con el objeto que les atemoriza. Jenofonte montaba a pelo con los muslos desnudos y dec�a que el contacto directo con el pelo del animal aumentaba la adhesi�n. Por eso le gustaban los caballos con buen dorso. Frases conocidas de Jenofonte: "Lo que es arrancado por la fuerza y sin comprensi�n no es jam�s bello. Todo aquello que es forzado y malentendido no puede ser bello". "Los caballos j�venes deben ser educados de forma que no solamente quieran al hombre, m�s a�n, que lo busquen". "Nunca debes maltratar a tu caballo cuando est�s encolerizado; pues hay en la c�lera algo de irreflexi�n por la que frecuentemente se hacen cosas de las cuales hay que arrepentirse". "Si se logra que el caballo tome el paso que �l adoptar�a a su voluntad cuando despliega su belleza, aparecer� alegre y magn�fico, orgulloso y feliz de haber sido montado". "Alent�ndole para que adopte las actitudes y gracias que naturalmente adopta cuando realiza una exhibici�n, ya has logrado lo que anhelas: un caballo que disfruta siendo montado, un animal espl�ndido y vistoso, la alegr�a de todos los espectadores... La nobleza misma de los hombres se descubre de la mejor forma en el manejo de tales animales... Estos son los caballos que montan los dioses y los h�roes". "Si lo recompensas con un trato amable cuando ha cumplido tus mandatos y lo reprendes cuando desobedece, lo m�s probable es que termine haciendo lo que quieras. Este principio es v�lido en todas las ramas de la h�pica". "Los jinetes que obligan a sus monturas con el l�tigo, no hacen sino reforzar su miedo, porque entonces asocian el dolor con el objeto que los atemoriza". "Si empujamos a un potro tanto que protesta con violencia, desmontaremos cuando est� calmado".