La mano... Seg�n los "grandes" Jos� Manuel Sales Pons Experto profesor de equitaci�n y entrenador de exitosos jinetes En las lecciones anteriores he intentado analizar todas las posibilidades de acci�n de nuestras manos con el fin de entender mejor nuestro proceso de educaci�n de la mano como caballista. Es decir, lo que se llama educaci�n del tacto ecuestre. Es una manera de no llamarnos a enga�o: cuanto mejor nos conozcamos y conozcamos el funcionamiento natural de nuestra mano, m�s f�cil tendremos el camino que nos lleve al objetivo buscado: alcanzar el sentimiento y el tacto ecuestre. Si para BAUCHER la doma del caballo consist�a en cambiar sus fuerzas instintivas por fuerzas transmitidas por el jinete, yo creo que la doma o educaci�n del jinete/amazona est� en cambiar sus gestos instintivos en gestos educados y sobre todo, comprensibles para el caballo. Mi manera de definir la Equitaci�n es como sigue: "hacer gestos correctos para que el caballo me entienda". Y como definir es acotar, creo que es una f�rmula v�lida desde el punto de vista del proceso de educaci�n del caballista. Como v�lida es otra frase que utilizo a menudo en mis clases: "Toda la fuerza en la mente y las piernas; nada en la mano". De una frase de LENOBLE DU TEIL acerca de la "reuni�n" del caballo, me quedo con el final de la misma y la considero como principio y reflexi�n diaria en mi actividad h�pica. Dice as�: "por encima de esta modesta e indispensable exigencia, el jinete no act�a en absoluto por el bien del caballo, sino �nicamente para una mayor facilidad de manejo (del caballo) y para su comodidad (del jinete)". Realmente, lo primero que busca el jinete/amazona a caballo es su seguridad, que se traduce en la facilidad de manejo y la comodidad. Pero esto no debe ser el objetivo exclusivo, sino que el respeto al caballo y su comodidad �procurarle gestos confortables� deben ir parejos con la nuestra. A esto, hoy en d�a, se le ha puesto un nombre: empat�a (aprender a ponerse en el sitio del caballo para procurarle el llevarnos lo mejor posible y que todos sus gestos deportivos sean lo m�s econ�micos posibles). Lo que ahora se ha dado en llamar "caballo contento". Es el mismo trato en el entrenamiento de cualquier deportista. Desgraciadamente, la Historia le da la raz�n a LENOBLE DU TEIL. Pero tambi�n, gracias a los conocimientos actuales sobre el comportamiento y la biomec�nica del caballo y a su cambio de estatus, de ser caballo-esclavo a caballo-colaborador, el trato y el respeto al mismo est�n cambiando a mejor. No obstante, creo a�n veo poca voluntad por tener un mejor conocimiento o mejor dicho, poco esfuerzo en aumentar nuestros conocimientos sobre el caballo e incluso, sobre nosotros mismos. Considerando que el sentimiento y tacto ecuestre s�lo se consiguen prescindiendo de la fuerza �mucho m�s de lo que nos creemos� y agudizando la sensibilidad �ya dije que la Equitaci�n es cada vez m�s femenina� prefiero transcribir lo que dice JEAN LICART al respecto, porque sigue siendo el que mejor lo explica: "El jinete, encontr�ndose sobre una masa en movimiento sin punto de apoyo exterior, no puede pretender tener sobre �sta (masa en movimiento) una acci�n directa, inteligente y conveniente a base de acciones de fuerza. Toda acci�n de fuerza de las manos sobre esta masa en movimiento no puede m�s que provocar resistencias o defensas como consecuencia de la molestia o del dolor que producen. La situaci�n de un jinete sobre su caballo es un poco comparable a la de un maquinista sobre su locomotora. Tanto uno como el otro se encuentran en movimiento sin punto de apoyo exterior. Ahora bien, al maquinista no se le ocurre intentar parar su veh�culo tirando de una cuerda, por ejemplo. Actuar� sobre la fuerza propulsiva disminuyendo la presi�n y frenando los movimientos de las piezas m�viles que aseguran la transmisi�n de la fuerza". Y seguidamente, la idea fundamental: "No es por la fuerza como se le debe mandar inteligentemente al caballo, sino actuando sobre el equilibrio del mismo, sobre la disposici�n y movimientos de su columna vertebral y sobre los gestos del cuello y de los miembros del caballo". M�s adelante dice: "La mano nunca debe oponerse directamente a la masa. No debe actuar sobre �sta m�s que a trav�s de los resortes del cuello intercalados entre la mano y la masa del caballo". En definitiva, lo que todos hacemos montados a caballo, es manejar dichos resortes (mejor o peor, m�s o menos conscientemente) y que son: mand�bula (articulaci�n t�mporo-mandibular), nuca (articulaci�n atlanto-occipital) y base del cuello (articulaci�n c�rvico-tor�cica). En la articulaci�n del dorso debemos tener en cuenta los 3 + 1 (mand�bula, nuca, base del cuello + dorso) que son los resortes principales de la columna vertebral del caballo. Aqu� se citan s�lo los del cuello. Insisto, la m�s importante por su desconocimiento, es la de la base del cuello. No es que sea m�s importante que las otras dos, sino que su ignorancia �el no echarle cuenta� la hace important�sima. Es pr�cticamente imposible manejar bien mand�bula y nuca �de todos conocid�simas� si no "le echamos cuenta" a la base del cuello. PODHAJSKY define la permeabilidad como sigue: "cuando la tensi�n de rienda, actuando por el camino de la nuca, del cuello y dorso sobre el posterior del mismo lado, lo flexiona y lo carga". Siguiendo a LICART, cuando habla de desarrollar el valor de la mano dice: "La buena mano puede y debe cultivarse hasta el punto en que se tenga la impresi�n de tener las manos en la crema o con la pluma, de tener los resortes de los dedos, de las mu�ecas y de los codos finos como los resortes de un reloj, hasta sentir y sopesar a todos los aires con el dedo me�ique el peso de las riendas, de la embocadura y de la lengua del caballo, sin que por ello se pierda el contacto con la boca". En esta frase quedan bien claros los conceptos de tiempo, progresi�n y esfuerzo necesarios. Y la importancia del dedo me�ique. "Cultivar la mano es, primeramente, aprender a no tirar y seguidamente, permitir que se abran hacia delante los resortes. Lo importante es desarrollar los reflejos de las manos que ceden y de los brazos que se estiran". O sea, no quedarse trincado de los dedos y sobre todo, aprender a relajar el codo. Dedos y codo en perfecto estado de elasticidad. Del b�ceps s�lo hay que decir que nunca debe intervenir directamente; m�s bien, es el m�sculo a proscribir. En la EPISTOLA DE SANTIAGO se lee una frase h�picamente correct�sima y dudo mucho que Santiago tuviera idea de caballos. Dice as�: "Si le ponemos a un caballo un bocado en la boca para hacernos obedecer, controlaremos tambi�n su cuerpo entero". Es a lo que hay que aspirar, pero es dificil�simo de conseguir. Para ello hace falta una mano muy educada que sea capaz de poner en orden los tres resortes del cuello-cabeza del caballo y a trav�s de ellos, coger al caballo todo entero, es decir, conectado perfectamente de atr�s hacia delante. Hay una palabra para m� muy importante que define perfectamente la funci�n de la mano del caballista: "ordenar" Ordenar quiere decir dos cosas: - Poner orden: esta debe ser la primera funci�n de la mano educada, volver a ordenar el cuerpo del caballo. Como dice PHILIP KARL, el cuerpo del caballo es un puzzle cuyas piezas hay que volver a ordenar al ser montado. Del desorden que provocamos en el caballo al montarle, ya he hablado en lecciones anteriores. El mismo STEINBRECHT dice que "la principal tarea de la mano es manejar correctamente el balanc�n cuello-cabeza del caballo". Y a sus distintas posiciones dedica varios cap�tulos. - Transmitir �rdenes: �sta debe ser la segunda funci�n de la mano. La mano, como dice DECARPENTRY, es una antena receptora de los mensajes que nos env�a el caballo, junto con el asiento, pero tambi�n es la encargada de transmitir �rdenes. Lo ideal es lo que hace el Rey de "El Principito": dar siempre �rdenes razonables. Esta es la sabidur�a del caballista: no pedirle al caballo nada que �ste no pueda hacer. Volvemos a la empat�a de la que hablaba al principio de la lecci�n. As� pues, el paso del Rubic�n de la mano del caballista debutante al de que dignifica su profesi�n, es el paso de una mano que empieza agarr�ndose y tirando y acaba siendo una mano capaz de recibir informaci�n para poner orden y transmitir �rdenes razonables. El que mejor expresa el camino para alcanzar una mano educada es MARCO AURELIO, el emperador fil�sofo que, sin saber mucho de caballos, s� que nos dijo una gran verdad: "Acost�mbrate a las cosas que desesperas alcanzar; pues la misma mano izquierda, d�bil de ordinario, falta de h�bito, sin embargo maneja el bocado del caballo con m�s firmeza que la derecha y es porque ella ha adquirido el h�bito". Casi veinte siglos despu�s, GORDON WRIGHT, abunda en el mismo tema: "Una buena mano puede adquirirla cualquier jinete mediano, pero no en un d�a ni en una semana y s�lo a fuerza de pensar en ello cuando se est� a caballo y reflexionar sobre los resultados obtenidos una vez pie a tierra". El gran FEDERICO CAPRILLI, que nos ense�� a saltar correctamente y a ir en suspensi�n, dice de la mano: "tener por encima de todo el culto a la ligereza de mano, esto es lo esencial y posiblemente constituya la tarea m�s dif�cil del jinete". No se tiene muchas veces la impresi�n de tirar porque realmente no hay voluntad de tirar, de la misma manera que nadie hace mal las cosas a sabiendas. Este es uno de los grandes problemas de los que montan a caballo por libre, incluso profesionales. Ser juez de s� mismo, siempre es tarea, casi dir�a, imposible. Hace falta alguien que nos aclare si lo que estamos haciendo con el caballo es lo mejor posible o no.