HAY QUE PENSAR COMO LOS ANIMALES Temple Grandin Profesora asistente de Ciencia Animal en Colorado State University. Es autora del libro Thinking in Pictures. La Dra. Grandin padece de autismo, y su propia experiencia le ha servido para entender el comportamiento de los animales. Dicta un curso sobre manejo de animales en la Universidad y es consultora sobre dise�o de instalaciones para el trabajo con ganado. Este art�culo presenta una visi�n �nica, propia de una persona dotada de una comprensi�n singular. Traducci�n del Dr. Marcos Jim�nez Zapiola Siendo una persona que padece de autismo, me resulta f�cil entender c�mo piensan los animales, pues mis procesos de pensamiento son similares a los de ellos. El autismo es un trastorno neurol�gico con que nacen algunas personas. Los investigadores cient�ficos del autismo creen que es causado por el desarrollo inmaduro de algunos circuitos cerebrales, junto con el desarrollo excesivo de otros circuitos. Es un trastorno complejo, cuya gravedad var�a entre las versiones leves (como la m�a) y las graves, en las que el ni�o est� incapacitado para aprender a hablar. La pel�cula Rain Man describe a un hombre que sufre de una versi�n bastante grave de la enfermedad. Yo carezco de todo tipo de pensamiento basado en el lenguaje. Mis pensamientos son en im�genes, como si tuviera una cinta de video en la mente. Cuando rescato algo de mi memoria, solamente veo im�genes. Durante mucho tiempo, pens� que todo el mundo pensaba as�, hasta que comenc� a hablar con otras personas sobre la forma en que pensaban. Comprend� que hay una escala muy amplia en los estilos de pensamiento, desde el pensamiento totalmente visual, como el m�o, hasta el pensamiento totalmente verbal. Los artistas, los ingenieros y los buenos entrenadores de animales, tienden a tener un pensamiento muy visual; los contadores, los banqueros y la gente que opera en los mercados de futuros tienden a desarrollar un pensamiento muy verbal, y sus procesos mentales contienen escasas im�genes. La mayor�a de las personas usan una combinaci�n de ambas herramientas, las visuales y las verbales. Varios a�os atr�s, ide� un peque�o test para descubrir qu� estilo de pensamiento tiene una persona. La consigna era pensar en campanarios de iglesias. La mayor�a de las personas tendr�n en mente la imagen de un campanario gen�rico. Yo s�lo puedo pensar en campanarios espec�ficos, no puedo formarme una imagen gen�rica de campanario. Las im�genes de campanarios que mi memoria guarda comienzan a fluir por mi mente como si fueran diapositivas que uno pasara muy r�pidamente, o como im�genes en la pantalla de una computadora. En el otro extremo, los pensadores altamente verbales llegan a "ver" la palabra "campanario", o ven una imagen simplificada con forma de campanario. Una vez, en una estaci�n de radio, habl� con una persona que me dijo que jam�s hab�a tenido una imagen en su mente. Ella pensaba en t�rminos de emociones y de palabras. He comprobado que las personas cuyo pensamiento es muy verbal y que trabajan en profesiones abstractas, como los agentes de bolsa o los vendedores, suelen tener dificultad para entender a los animales. Dado que s�lo piensan en palabras, les resulta dif�cil imaginar que un animal pueda pensar. He descubierto que los entrenadores de animales que son realmente buenos tienden a imaginar campanarios m�s detallados. Me resulta claro que las aptitudes para el pensamiento visual son indispensables para el entrenamiento de caballos, pero suele suceder que los pensadores visuales no tienen la capacidad para verbalizar y explicar a otros qu� es lo que ellos "ven". El pensamiento asociativo Una vez, un entrenador de caballos me dijo: "Los animales no piensan, solamente hacen asociaciones". Yo le respond� a esto dici�ndole "Si hacer asociaciones no es pensar, entonces deber�a llegar a la conclusi�n de que yo no pienso". Tanto la gente que padece de autismo como los animales piensa mediante asociaciones visuales. Estas asociaciones se asemejan a fotograf�as de sucesos, y tienden a ser muy espec�ficas. Por ejemplo, un caballo puede tenerle miedo a los hombres con barba cuando los ven dentro del galp�n, pero tolerarlos en la pista de equitaci�n. El animal teme a los barbudos en el galp�n porque en el pasado tuvo una mala experiencia con un barbudo en un galp�n. Los animales tambi�n tienden a hacer asociaciones que son espec�ficas para un lugar determinado. Esto significa que si un caballo tuvo anteriormente malas experiencias en un galp�n con claraboyas, quiz�s le tenga miedo a todos los galpones con claraboyas pero no tenga problemas en un galp�n de techo cerrado. Por esta raz�n es muy importante que la primera asociaci�n de un animal con algo nuevo sea una buena experiencia. Hace unos a�os, un cient�fico llamado N. Miller descubri� que si una rata recib�a un choque el�ctrico la primera vez que entraba a un pasillo de un laberinto, jam�s volver�a a entrar a ese pasillo. Lo mismo puede suceder con los caballos, Por ejemplo, sin un caballo se cae al suelo la primera vez que se lo sube a un acoplado de transporte, posiblemente le tome miedo a todos los acoplados en que se lo quiera hacer subir. En cambio, si se cae en un acoplado para que viajen dos caballos lado a lado, la vig�simo quinta vez que es embarcado en uno de ellos, es probable que haga una asociaci�n m�s espec�fica. En vez de asociar a todos los acoplados con una experiencia dolorosa o atemorizante, podr� tenerle miedo a los acoplados dobles, o a una persona asociada con el "acoplado malo". Ya ha aprendido, en experiencias previas, que los acoplados son seguros, de modo que es dif�cil que desarrolle un miedo gen�rico hacia ellos. El miedo es la principal emoci�n En los autistas, el miedo es la emoci�n m�s importante, y tambi�n lo es en los animales de presa, como los caballos y las vacas. Las cosas que asustan a equinos y bovinos tambi�n asustan a los ni�os autistas. Cualquier cosa que parezca fuera de lugar, como un pedazo de papel llevado por el viento, puede causar temor. Los objetos que se mueven bruscamente son los que m�s miedo provocan. En la vida salvaje, los movimientos bruscos son temibles porque los predadores hacen movimientos bruscos. Tanto los animales como las personas que padecen de autismo tambi�n tienen miedo a los ruidos agudos. Yo misma todav�a tengo problemas con estos ruidos. La alarma que tienen los camiones recolectores de basura cuando marchan hacia atr�s a�n hoy me acelera el pulso si me hace despertar en medio de la noche. El estruendo de los truenos, en cambio, no me afecta. Las especies de presa, como los vacunos y los equinos, tienen o�dos muy sensibles, y un ruido fuerte puede hacerles doler. Cuando era ni�a, el sonido del timbre en la escuela era como un torno de dentista en mi o�do. Es posible que el sistema de altavoces en una exposici�n equina tenga un efecto similar en los o�dos de los caballos. La gente que tiene autismo posee emociones, pero son m�s simples y m�s parecidas a las emociones de un miembro de una especie animal de presa en estado de vigilancia. Los investigadores en neurolog�a han localizado los circuitos del miedo en el cerebro de los animales. Cuando un animal fija un recuerdo del miedo, �ste se almacena en la am�gdala, que est� ubicada en la parte inferior, m�s primitiva, del cerebro. J.E. LeDoux y M. Davis han descubierto que los recuerdos del miedo no pueden ser borrados del cerebro. Por eso es tan importante impedir la formaci�n de recuerdos de miedo asociados a ser montados por un jinete o subir a un acoplado, etc. Para que un caballo que ya ha sufrido miedo a los acoplados pueda superarlo, es preciso que los centros superiores de la corteza cerebral env�en a la am�gdala una se�al supresora del miedo. Esto se denomina sobreimposici�n cortical, y es una se�al que bloquear� el recuerdo del miedo, pero no lo borrar�. Si el animal se torna ansioso, el viejo recuerdo del miedo puede aflorar nuevamente, pues la corteza cerebral deja de enviar la se�al supresora del miedo. Los comportamientos basados en el miedo son complejos. El miedo puede hacer que un caballo luche o huya. Por ejemplo, muchas veces cuando un caballo patea o muerde, se debe al miedo y no a la agresi�n. En una situaci�n atemorizante en la que el caballo no tiene posibilidades de huir, aprende a luchar. Los entrenadores de perros han descubierto que cuando castigan una conducta basada en el miedo, la reacci�n puede ser peor. Cuando un caballo retrocede, patea o se porta mal durante el entrenamiento, puede hacer que el entrenador se enoje, y piense, equivocadamente, que el caballo tambi�n est� enojado. Pero es mucho m�s probable que el caballo est� asustado. Por eso es importante que los entrenadores equinos sean personas tranquilas. Un entrenador enojado puede darle miedo al caballo. Hay muchas situaciones donde un caballo puede ser realmente agresivo hacia la gente, pero cuando retrocede, patea o se desboca mientras es entrenado o montado, es mucho m�s probable que tenga miedo. El efecto de la gen�tica En todos los animales, tanto los factores gen�ticos como la experiencia determinan c�mo se comportar�n ante una situaci�n que les provoque miedo. La temerosidad es un rasgo estable de la personalidad y el temperamento de los animales. Los animales de temperamento levantisco, nervioso, son generalmente m�s temerosos, y forman recuerdos del miedo m�s fuertes que los animales de temperamento calmo y pl�cido. Las investigaciones sobre porcinos realizadas por Ted Strong y sus estudiantes en Texas A&M University han demostrado que algunos cerdos se habit�an a un procedimiento forzado pero no doloroso, mientras que otros se tornan cada vez m�s miedosos ante el mismo. Por ejemplo, se puso a los cerdos en un estanque donde ten�an que nadar por un breve tiempo. Al principio, esta tarea era atemorizante para todos los cerdos, y hac�a que les subiera el nivel de adrenalina, que es una sustancia que segregan tanto animales como humanos cuando tienen miedo. Luego de varias pruebas de nataci�n, algunos cerdos se habituaban y ya no sent�an miedo, mientras que otros segu�an teniendo miedo en las pruebas sucesivas. En los cerdos que no se acostumbraban, el nivel de adrenalina segu�a siendo alto, lo que demuestra que segu�an teniendo miedo. Es posible que los caballos podr�an responder de manera similar a distintos m�todos de entrenamiento. Los caballos de car�cter pl�cido y sereno tendr�n m�s probabilidades de adaptarse a m�todos rudos de manejo y de entrenamiento que aquellos que tengan un car�cter tenso y fogoso. Estos, en cambio, pueden ser arruinados por los m�todos de manejo rudos, pues adquieren tanto miedo que no logran aprender o habituarse. En igual sentido, un animal dotado de un sistema nervioso calmo y poco reactivo se habituar� m�s f�cilmente a una serie de pr�cticas de entrenamiento forzosas pero indoloras, a las que el animal huidizo, tenso y nervioso quiz�s no logre adaptarse nunca. Los caballos que est�n constantemente sacudiendo sus colas aunque no haya moscas, o que mantienen levantadas sus cabezas, suelen ser animales temerosos. En la vida salvaje, los equinos alzan sus cabezas para detectar el peligro. Los efectos de la novedad Como criatura de fuga que es el caballo, sus reacciones ante situaciones novedosas o inusuales, o cuando se encuentra en lugares que no conoce, pueden servir para captar su verdadero temperamento. El cient�fico franc�s Robert Dantzer descubri� que una novedad s�bita, arrojada sin pre�mbulos en la cara del animal, puede ser muy estresante. Un caballo de naturaleza tensa y temerosa puede ser tranquilo y bien educado cuando se lo monta en su hogar. Sin embargo, su verdadero temperamento est� oculto, pues se siente distendido y seguro en su entorno familiar. Cuando se lo enfrenta bruscamente con las im�genes y los sonidos desconocidos de una exposici�n equina, puede estallar sin aviso previo. Los caballos que tienen m�s dificultades en situaciones novedosas son los m�s tensos y temerosos. En la exposici�n, habr� muchas im�genes y sonidos que no son habituales, como los globos y los altavoces, que jam�s han sido vistos u o�dos en su hogar. Un animal nervioso est� en calma mientras permanece en un entorno familiar, que ha aprendido a reconocer como seguro, pero probablemente entre en p�nico cuando se lo enfrente s�bitamente con cosas nuevas. Lo parad�jico de la novedad es que puede ser extremadamente atractiva a un animal cuando �ste puede acercarse voluntariamente a ella. Un pedazo de papel en un pastizal puede hacer que un caballo curioso se acerque a verlo, pero el mismo papel, tirado en la senda de equitaci�n, puede inhibirlo. La gente que trabaja con caballos y otros animales necesita pensar m�s sobre la forma en que ellos perciben las situaciones en que los ponemos.