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Iniciacin de la monta: Colocacin de la manta y la montura

Revista Galope
Lucy Rees
Etloga galesa reconocida internacionalmente que ha trabajado durante toda su vida para desarrollar una forma diferente de relacionarse con los caballos


Un paso muy importante, previo a la monta, es por supuesto la colocacin de la manta y la montura. Para que el potro la acepte con naturalidad es necesario desensibilizar la zona donde habr contacto y permitir que sacie su curiosidad de forma que la experiencia no se convierta en algo traumtico para l.

Adems es bsico que ellos crean que hay una razn para hacer lo que le estamos pidiendo, porque de esa forma, no se sentirn obligados y seguirn confiando en nosotros.

En nuestro trabajo para preparar el potro para su primera monta, el paso siguiente ser advertir al caballo de las cosas que pueden suceder en el proceso: que le coloquen la montura, que le toque nuestra pierna, el contacto de nuestra ropa o a veces incluso el quitarnos la chaqueta desde el caballo.

En la doma tradicional esta desensibilizacin se hace dando palmadas con la mano, con la idea de que los caballos comprendan que tales golpes desagradables aparentemente significan, en la misteriosa mente humana, aprecio o incluso cario.

Conviene no desensibilizar el potro a la presin de la mano y por eso, en lugar de darle palmadas, utilizamos una manta, al igual que los indios de las planicies de Norte Amrica quienes, por falta de recursos, no sometieron sus mustangs por la fuerza como los gauchos del sur, sino que los encantaron con la manta.

Cogemos una manta una vieja de cama sirve bien sobre todo si la hemos usado como sudadero, as huele interesante y dejamos al potro olerla cuanto quiera. Si se asusta al verla, la dejamos caer al suelo, pues nos interesa que la mire mientras no se mueve, mostrndole que nadie tiene miedo de un objeto tan fascinante.

Cuando la ha examinado hasta perder su inters, le acariciamos con ella, pasndola por todo su cuerpo a los dos lados, abrindola y pasndola cada vez ms libremente hasta que podemos lanzarla a travs de su dorso como si estuviramos pasando la pierna.

Muchos potros disfrutan con este trabajo, curioseando, jugando y experimentando las nuevas sensaciones, aunque con otros ms tmidos tenemos que avanzar con cuidado.

He encontrado la manta tambin muy til con los potros, curiosamente se da con ms frecuentemente en las potras, que son excepcionalmente resistentes al tacto de la mano en sus cuartos traseros, ponindose nerviossimos. Se acostumbran mucho ms fcilmente si doblamos la manta y la colocamos a la altura de la cruz.

Poco a poco, la vamos extendiendo hacia la grupa pasando la mano por encima y arreglndola como si fuera una manta de cuadra. De hecho, poner una de estas cada noche, ayuda a superar rpidamente el problema, si la usamos como excusa para alisar y arreglar el borde trasero de la manta. De esa manera podemos conseguir que el potro se deje tocar sus cuartos traseros. Es un ejemplo de un fenmeno comn en la doma, que podemos usar a nuestro favor si lo reconocemos como norma y utilizamos nuestra imaginacin. Los caballos colaboran con nosotros mucho ms fcilmente si les parece que hay una razn para lo que pretendemos y no es slo nuestro capricho.

As, es ms fcil que salte un tronco que bloquea su camino que un obstculo en la pista; que un caballo sin tocar nos deje curarle una herida si lo hacemos con tacto; que un potro que no nos deja tocar sus pies nos dejar hacerlo tranquilamente si es para soltarle de una cuerda alrededor de su pierna.

No s cuantas veces he abierto y cerrado una cancela sin desmontar de un potro que slo fue montado dos veces en su vida, cuando costara meses de trabajo realizar todos esos movimientos tan complicados en la pista sin la cancela.

Los pobres inocentes no ven que somos nosotros quienes le hemos puesto en tales situaciones: lo que entienden es que somos nosotros quienes les ayudamos a liberarse de sus problemas y en el proceso se dan cuenta de nuestras ayudas, colaborando ms fcilmente luego, cuando las aplicamos, aunque no haya razn obvia.

La montura

Despus del juego con la manta, la doblamos para poner la montura por encima. El dorso de un potro sin montar es tierno, sensible y queremos que desde la primera monta se mueva libre y cmodo. La libertad de movimiento, la base de la impulsin, es fcil de perder y dificilsima de recuperar. Por eso, ponemos no slo una manta gorda sino tambin uno o dos sudaderos, acolchando bien su dorso.

Eso quiere decir que tenemos que colocarlos al menos a diez centmetros de la parte anterior de la montura y que est bien apretado para que la manta no pase por detrs de la cincha dejando la montura tan floja que se d vuelta por debajo de la barriga, lo que sera un desastre para el potro.

Los potros aceptan mejor una montura sinttica que una de cuero las primeras veces que se le ensilla. Para ponerla la primera vez es conveniente quitar los estribos.

Dejamos al potro todava suelto y examinamos bien la montura, mostrndole que los faldones suben y bajan con ruido y que las hebillas suenan como cascabeles, hasta que est satisfecho y podamos colocarla en su dorso.

Es el dejar al potro suelto lo que asegura que est de verdad preparado para aceptarla, que es distinto que aguantarla. Si no est preparado, en el momento en que la levantamos, el potro se vuelve para examinarla de nuevo. Cuando est sujeto, nunca se sabe si se queda quieto por respeto de nuestro control o porque se siente cmodo con lo que le proponemos. La facilidad con la cual nuestros potros aceptan la montura siempre extraa a la gente, pero es slo debido a que lo hacemos sin sujetarles.

Frotamos con la mano donde tocar la cincha antes de pasarla y se la ponemos poco a poco hasta que est bien apretado. Enseamos que los faldones se mueven y nos alejamos.

Aunque algunos potros salen corriendo de inmediato, la gran mayora nos siguen. Esto nos genera un problema porque nosotros queremos que el potro galope con la montura antes de montarle, ya que es en este aire cuando la cincha se aprieta al mximo y provoca que se bote.

Por eso conviene hacerle galopar antes de ponernos encima. Pero hemos enseado al potro que al seguirnos est seguro y tampoco podemos confundirle echndole cuando lo hace. Tenemos que conseguir ponernos detrs de l antes de animarle a trotar y hacerle galopar en crculos.

A veces trotamos nosotros por delante y si el potro no se atreve a trotar, llegamos por detrs. Otras veces le acariciamos hasta que llegamos por detrs y as le empujamos hacia delante.

Suavemente le animamos a trotar y despus a galopar. La mayora se botan varias veces, pero cuando ven que esto provoca ms molestia y ruido, no quieren galopar. Tenemos que insistir en que continen galopando hasta que al menos den algunos trancos calmados. Una vez que entienden que botarse no les quita su molestia sino que la aumenta, jams se botan, incluso montados. Llegan a esta conclusin mucho ms rpido que dando cuerda en la doma convencional, en parte porque es una leccin que ya han aprendido en el trabajo con las cuerdas.

Atamos los estribos y repetimos con cuidado de que no queden a la altura de los codos para que no le daen. Los potros que se ensillan por primera vez, casi siempre se quedan quietos porque estn atentos. Si no, es porque no estn atentos, o no estn preparados.

Igualmente es normal que despus de ensillarlos varias veces se muevan, porque este paso pierde su importancia y es en este punto, no antes, en el que hay que insistir en que se queden quietos.

Problemas

Hay potros ensillados por obligacin o caballos daados por una montura inadecuada que tienen mucho ms miedo de la montura que los potros sin experiencia. He tenido caballos que de slo ver la montura, les provocaba literalmente una diarrea.

En estos casos conviene que olvidemos el asunto de ponerla en el caballo hasta que pierda su terror. Podemos llevarla con nosotros en un paseo a ramal, movindola de un brazo a otro, dejndola caer, ponindola en la rama de un rbol mientras dejamos al caballo comer, etc.

Ayuda si avanzamos poco a poco, usando primero slo la manta, sujetndola con una cuerda o cinchuelo. En un segundo paso, colocamos la montura del lado derecho, que no es habitual, para distinguir lo ms posible entre nuestra manera suave y la experiencia desagradable que conoce.

Y como siempre cuando tratamos con resabiados, ayuda si premiamos el caballo con comida durante el trabajo, para que sus expectaciones de una obligacin aterrorizante fracasen, dejndole ver la montura con ojos nuevos.

Nunca se supera un resabio con obligacin o castigo. Es muy sencillo. El caballo es un animal que simplemente se busca la vida. Cuando tiene una experiencia agradable, quiere repetirla. Cuando es desagradable, lucha para no repetirla. Si queremos cambiar sus reacciones, tenemos que cambiar sus experiencias.