Qu� es en realidad Doma Natural? Juan Araquistain Fundador del Natural Hipic. Trabaj� con prestigiosos maestros tales como Lucy Rees, Chico Ramirez, Ray Hunt, Steve Harris para quien lo importante es que gracias al caballo podemos explicar a la gente lo que es trabajar desde el coraz�n. Que nuestra responsabilidad es ofrecernos al caballo para que �ste tenga una vida mejor entre los humanos y as� que sus due�os, al tener una mejor relaci�n con �l, sin problemas, sean m�s felices. Y hacer m�s feliz a la gente nos acerca a Dios. Esta dimensi�n sobrenatural de nuestra relaci�n con los caballos es esencial. Para muchos consiste en domar a un potro sin emplear la violencia f�sica, es frecuente o�r la frase �yo nunca les pego�, pero a la vez vemos caballos que son sometidos por sus domadores a un gran estr�s durante su adiestramiento o que est�n viviendo en unas condiciones muy poco naturales. La Doma Natural debemos entenderla como un concepto amplio que nos obliga a realizar un esfuerzo intelectual para intentar comprender a los caballos, debemos ser nosotros los que nos adaptemos a sus pautas de comportamiento y a sus necesidades y no a la inversa como se pretende habitualmente. No debemos ver la Doma Natural como un sistema m�s o menos novedoso para domar caballos, quien se enfrenta a otros sistemas que podemos considerar m�s tradicionales. Ni mucho menos. La Doma Natural no es un sistema, pues cada domador tiene el suyo propio. La Doma Natural es una postura, si se quiere una filosof�a sobre como queremos que sea nuestra relaci�n con los caballos. Todos aspiramos a tener una buena relaci�n con nuestros caballos, una relaci�n basada en la confianza mutua en vez de en el miedo, que quieran estar junto a nosotros, que se les note alegres y relajados. Pero, �Como se consigue la confianza del caballo? La respuesta es sencilla, dando al caballo lo que necesita. Para ello debemos tener muy en cuenta cuales son sus pautas de comportamiento en estado salvaje y actuar en consecuencia. El caballo es un gran herb�voro cuya principal amenaza son los depredadores. No podemos olvidar que durante miles de a�os nosotros no hemos sido para el caballo sino un depredador m�s, por lo que su instinto de supervivencia le hace huir del hombre. Durante millones de a�os de evoluci�n el caballo ha ido perfeccionando su sistema de defensa. Con el tiempo se ha hecho m�s fuerte y m�s r�pido lo que le convierte en uno de los animales que puede resistir m�s tiempo corriendo a gran velocidad, pero tiene un problema, para ello necesita comer grandes cantidades de hierba por lo que est� muchas horas al d�a con la cabeza en el suelo. En esa situaci�n el caballo no puede ver su entorno, por lo que es m�s vulnerable al ataque de posibles depredadores. Para evitarlo, el caballo se une con otros formando grupos familiares donde mientras unos comen o duermen otros vigilan. Cuando el caballo se siente amenazado por alg�n peligro siempre huye. La velocidad y resistencia son su mejor defensa. Un caballo s�lo se defender� dando coces o mordiscos cuando no pueda huir. Las patadas y mordiscos no son muy eficaces, no es f�cil matar a un depredador de esa manera, la verdad es que el caballo no es muy certero cuando lanza las patadas. Por eso ser� su �ltima opci�n. Si tiene la m�nima oportunidad de huir eso es lo que har�. Conocer este comportamiento es muy �til para nosotros a la hora de relacionarnos con los caballos. Para que la protecci�n del grupo sea efectiva los caballos han desarrollado un sistema de comunicaci�n gestual que les permite reaccionar ante la menor amenaza. En definitiva, los caballos mediante un lenguaje corporal muy claro se transmiten unos a otros las se�ales de alarma o tranquilidad adecuadas a cada situaci�n. Por lo tanto vemos que los caballos son muy sensibles alas se�ales corporales, y entienden muy bien cuando una situaci�n es o no peligrosa en virtud de lo tensos o relajados que estemos. Otro aspecto fundamental del comportamiento del caballo es la concepci�n que tienen del espacio que les rodea. Para el caballo hay dos espacios muy diferenciados, uno amplio, que podr�amos llamar de seguridad, donde no permitir� que entre ninguna posible amenaza, y otro personal, muy importante dentro del grupo pues el caballo s�lo permitir� a sus amigos que entren dentro de �ste �ltimo. Por lo tanto nosotros debemos superar una primera barrera que nos separa del caballo que es su miedo instintivo al hombre como depredador. Si lo conseguimos podremos acercarnos al caballo y entrar dentro de su espacio de seguridad, �l no huir� pues estar� acostumbrado a nuestra presencia y dejar� de vernos como una amenaza. Pero la segunda barrera es m�s dif�cil de franquear, pues el caballo debe no s�lo aceptarnos, sino considerarnos como a un amigo, si no nos acepta como tal no permitir� que entremos en su espacio personal ni por tanto que lo toquemos. Otro aspecto esencial del comportamiento del caballo es su capacidad para coordinarse con los otros miembros del grupo. Ya desde muy peque�os, en sus juegos, practican la coordinaci�n. No debe olvidarse que su vida depender� en muchas ocasiones de ser capaces de coordinarse en su huida, pues para el depredador es mucho m�s dif�cil escoger una presa a la que dar caza si todo el grupo se mueve como si fuera un �nico individuo. No podemos olvidar por �ltimo la organizaci�n del propio grupo familiar, en donde a diferencia de lo que muchos piensan no se organiza en base a una relaci�n de dominio y sumisi�n, sino a partir del liderazgo de uno de sus miembros. Los grupos familiares est�n normalmente formados por un semental y de dos a cinco yeguas con sus potros nacidos ese a�o y los de a�os anteriores normalmente hasta que tienen tres a�os. El semental se encarga de la protecci�n del grupo, se enfrenta a las amenazas de posibles rivales o de algunos depredadores. As� mismo el grupo est� liderado por una yegua, normalmente una yegua vieja pues ser� �sta la que tienen m�s experiencia y a la que el resto del grupo sigue voluntariamente. Ella decide cuando ir en busca de agua, de mejores pastos, de sombra, refugio, etc. Las relaciones de dominio y sumisi�n s�lo se dar�n en situaciones de conflicto, cuando dos caballos se tienen que enfrentar por algo y �stas son muy concretas y no suelen darse entre los miembros de un mismo grupo familiar. Vemos actitudes de dominio por ejemplo, cuando el semental de un grupo se enfrenta con otro macho que quiere quitarle a sus yeguas. A diferencia de lo que ocurre con los caballos salvajes, en las relaciones sociales de los dom�sticos si vemos con frecuencia relaciones de dominancia y establecimientos de jerarqu�as. Debemos pensar que se encuentran en situaciones artificiales creadas por el hombre donde se ven obligados a competir por los recursos, al igual que pasa en los grupos de cazadores. Hay un poco de comida, un poco de sombra, etc. Cuando se dan estas situaciones de dominancia, el dominante lo �nico que busca es que el otro, el que es m�s sumiso se aleje de �l dej�ndole el camino libre al recurso que quiere conseguir, ya sea comida, agua, etc. El sumiso no adopta en realidad una actitud de sumisi�n, no se acerca al dominante comos i le pidiera permiso para compartir los recursos, simplemente se aleja de �l. Nadie quiere estar con el dominante, pues cuando se acercan a �l lo �nico que recibir�n ser� una coz o un mordisco. El dominante a diferencia del l�der no tiene por que ser el m�s experto, le basta con ser el m�s fuerte ya sea f�sicamente o de car�cter. No sucede eso con el l�der de la manada los otros quieren estar junto a �l, pues en �l conf�an y saben que donde est� el l�der habr� tranquilidad. De nosotros depende convertirnos en el dominante o en el l�der. Yo personalmente prefiero ser un l�der en el que mis caballos conf�an m�s que el dominante a quien los caballos temen. Ejercer el liderazgo sobre el caballo es la base de la Doma Natural. Si el caballo no nos ve como a su l�der no nos seguir� voluntariamente. No es tan dif�cil como puede parecer convertirse en l�der. En primer lugar los potros nunca son los l�deres por lo que es natural en ellos buscar uno en quien confiar. Adem�s no todos quieren la responsabilidad del liderazgo pues eso supone una mayor responsabilidad y riesgo. La mayor�a cede ese puesto gustosamente, lo que podemos aprovechar para ocupar dicha posici�n. Por desgracia, a menudo, no tenemos en cuenta las necesidades reales del caballo y con toda nuestra buena intenci�n actuamos radicalmente en contra de dichas necesidades. Cuando se va a domar un potro es muy frecuente que lo primero que se haga con �l sea meterlo en una cuadra, pues piensan que ser� as� m�s f�cil hacerse con �l. Muchas veces son boxes donde ni siquiera puede ver a otros caballos sinti�ndose totalmente aislado y perdido. Eso s�, nos preocupamos de que tenga un buen techo, buena cama y tres comidas al d�a. Tambi�n nos preocupa mucho su aspecto, les afeitamos los bigotes y el pelo de las orejas sin saber que les quitamos sensibilidad y los hacemos m�s vulnerables a que se introduzcan en sus orejas elementos extra�os que pueden ser causa de infecciones. Al parecer estamos confundiendo nuestras necesidades con las del caballo. Cuando se saca del box el porto va sujeto de un ramal y lo primero que se hace es atarlo. Muchas veces para ponerle la montura lo atamos tan corto a la pared para evitar que se mueva que ni tan s�lo puede mover su cabeza, impidi�ndole sin saberlo que pueda ver lo que le rodea. A diferencia de lo que pensamos estar encerrado no nos facilita su doma, todo lo contrario. Cuanto m�s encerrado y aislado est� m�s estr�s sufrir�. Esa es la mejor forma de conseguir un caballo nervioso o incluso deprimido. Tenemos que tener muy presente que para comenzar el adiestramiento del potro con la esperanza de obtener buenos resultados es esencial que est� en las mejores condiciones posibles, tanto f�sica como sicol�gicamente. En los pr�ximos cap�tulos intentar� explicar c�mo podemos conseguir f�cilmente su confianza si tenemos en cuenta que el caballo necesita sentirse libre para poder huir del peligro y estar en compa��a de otros; y como podemos a su vez aprovechar los instintos naturales del caballo en su adiestramiento en nuestro propio beneficio como son su gran capacidad de coordinaci�n y de comprensi�n del lenguaje corporal.